Todo pasa por algo

A día de hoy he llegado a la conclusión de que todo ocurre por algo por lo que, la casualidad no existe; ahora bien si me preguntas si creo en el destino, ahí tengo mis serias dudas.

He podido corroborar bastantes veces al tiempo de ocurrirme algo, que todo paso en su momento porque tenía que pasar así para mi mayor beneficio; por lo que puedo afirmar que para mí ¡no existe la casualidad! Pero,

¿Qué es la casualidad?

Según el diccionario, la definición de casualidad dice así: “la casualidad hace referencia a la combinación de circunstancias que resulta imposible de anticipar y evitar. Aquello que ocurre por casualidad es imprevisto y, por lo tanto, no puede sortearse”.

Siguiendo con el título de este post: “todo pasa por algo” , hay circunstancias y momentos cruciales del pasado a día de hoy que sé que tuvieron que pasar así, porque de no haber ocurrido de esa manera, a día de hoy no habría podido escribir mi primer libro Un nuevo amanecer es posible.

Así que, querido/a lectora/a, si en estos momentos que me estás leyendo no entiendes nada de lo que te está ocurriendo, solamente te diré:

confía y deja fluir; el tiempo es sabio.

Si cada vez que hacemos algo, tomamos una decisión, empezamos un proyecto, etc, se dan una serie de circunstancias que les solemos llamar “casualidades”; realmente llamándolo así estamos negando el significado oculto que nos quieren transmitir esas circunstancias y por ende, dejamos nuestras vidas en manos del destino sin tomar parte alguna a la hora de tener responsabilidades, ignorando por completo ciertas señales que nos pueden estar indicando si estamos haciendo lo correcto o no, ¡es más! Ciertas señales y ciertos resultados de nuestros actos y decisiones nos han podido salvar en un momento dado de un peligro.

¿NO TE HA PASADO ALGUNA VEZ O A ALGUIEN DE UN ENTORNO SUFRIR POR UNA CAMBIO O EVENTO INESPERADO Y LUEGO HABER DICHO: “UFF DE LO QUE ME/NOS HEMOS LIBRADO”?

Para que me entiendas mejor me voy a remitir a lo que dice la ley de la sincronicidad:

¿QUÉ ES LA LEY DE LA SINCRONICIDAD?

La palabra sincronicidad fue acuñada por el psicólogo Carl G. Jung, que venía a decir: “la simultaneidad de sucesos vinculados por el sentido pero de manera no causal”.

Con esto, el psicólogo Carl G. Jung, dedujo que había una íntima conexión entre el ser humano y su entorno, que en ciertos momentos puede llegar a ejercer una atracción que logra crear circunstancias coincidentes, teniendo un significado simbólico para las personas que viven dichas circunstancias.

Querido/a lector/a, cuando te suceda algo que a priori te pueda molestar o hacer sufrir, no olvides recordar de que todo ocurre por alguna razón, es más, cuando nuestro estado de alerta o atención hacia nuestro entorno sea mayor, habrá mayores posibilidades de que se produzca la sincronicidad de la que te hablaba anteriormente.

Igualmente, podremos recibir señales en forma de llamadas, encuentros con personas que hacía tiempo que no veíamos, un comentario que llame nuestra atención, un libro que caiga en nuestras manos, etc, ¡estate alerto/a y deja fluir!

Ya lo decía Friedrich Schiller:

no existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.

Respecto a las relaciones y personas que pasan por nuestras vidas, decir que todas y cada una de estas personas y relaciones, suceden en el momento óptimo y oportuno, ni antes ni después. Incluso aquellas personas que decimos: “me ha hecho un/a desgraciado/a” ¿te suena?, se cruzaron en nuestras vidas para un bien mayor que a priori no entendemos; esas personas nos tenían que dar “una enseñanza” para que pudiéramos conocernos mejor a nosotros mismos, bien para que aprendiéramos a poner límites, bien para aprender a perdonar, o bien para ser mejor persona. Te invito a que indagues y pienses que te han podido aportar cada una de las personas que han pasado por tu vida ¡te vas a sorprender! 

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¡Un abrazo gigante!