La Orientación vocacional como ayuda para los jóvenes

 

Hoy vengo con una nueva sección y proyecto colaborativo que consiste en traer como invitado a otro/a compañero/a con blog o no, pero que divulgue o sea experto en temas que pueden ser de interés pero que tienen en común todos ellos, el crecimiento personal de fondo. Sin más dilación, doy paso a Marta que es la protagonista de este mes de abril. 

MI EXPERIENCIA PERSONAL COMO DOCENTE: en contacto con los nuevos ingresantes a la universidad

En mi facultad, apenas comenzó la pandemia, formaron grupos de docentes para acompañar a los estudiantes que acababan de ingresar a la carrera. Los cursos de ingreso se habían llevado a cabo durante el mes de febrero y el confinamiento en mi Argentina comenzó el 20 de marzo del 2020. Estos grupos de jóvenes llenos de ilusiones veían arrebatadas sus ansias de frecuentar las aulas y hacer nuevos amigos.

Frente a esa realidad, me convocaron para conformar esos grupos de tutores y con mucho gusto acepté la tarea.  Lo que escuché confirmó algo que veía viendo en diferentes ocasiones y circunstancias:   una de las preocupaciones más fuertes y recurrentes de los alumnos era haberse equivocado con la elección de la carrera y esto les generaba muchas dudas y angustias.

Por eso es tan importante acompañarlos en su elección, conteniendo, aconsejando y acercando información. Cualquier orientación que los jóvenes reciban es importante y cuánto más la orientación vocacional, que les ayudará a elegir una formación profesional para abrirse camino en el mundo laboral.

El momento en que se toman esas decisiones, cuando se terminan los estudios medios, en torno a los 17 y 18 años, suele ser una etapa difícil, llena de descubrimientos, dudas, angustias y muchos desafíos. Es crucial que se sientan acompañados por sus familiares, docentes y amigos.

 

Algunas falacias o creencias erróneas vinculadas a la elección de la carrera o formación

 

Primera falacia: Se debe elegir por lo redituable de la profesión.

Pero una profesión se ejerce de muchas maneras, y es mucho más que un ingreso mensual.

En cuanto a las posibilidades de inserción laboral, la creatividad y el esfuerzo personal son determinantes. Con casi ningún título universitario se ingresa al mundo laboral en modo automático.

Por otra parte, a veces la gratificación de un alto ingreso no es suficiente para sentirse realizados. La definición de sus propios intereses, conocerse a uno mismo y conocer todas las alternativas de formación nos dará las respuestas necesarias para una correcta elección.

Segunda falacia: La orientación deriva necesariamente en la elección de una carrera universitaria.

Quizás el proyecto de vida que ilusiona al joven no pasa por las aulas de una Facultad. Y esto no le quita entusiasmo o certezas.

En algunas ocasiones, profesiones relacionadas con la creatividad o las habilidades manuales se pueden desarrollar con éxito sin necesidad de estudios universitarios. Si bien la educación formal es valiosa, no todos tenemos que caminar los mismos senderos para sentirnos realizados. Quizás en la familia haya trabajadores no profesionales que puedan intervenir aconsejando, escuchando y orientando.

Tercera falacia: los mercados laborales son rígidos; lo que sucede hoy continuará sucediendo por muchos años.

No hay nada más alejado de la realidad. Por eso son tan valoradas la flexibilidad y la capacidad de adaptación, con una formación continua y siempre atentos a las nuevas tendencias y a los cambios. Por ejemplo, el trabajo remoto ha transformado nuestras rutinas haciendo emerger nuevos perfiles de empleados y haciendo desaparecer otros. Tuvimos que agregar a nuestra formación de base muchas competencias en tecnologías.

La intensa rotación, la automatización de las tareas, las migraciones laborales, entre otros fenómenos, hacen que la proyección en la formación deba contemplar varias alternativas posibles. A esto le podemos agregar las jornadas laborales reducidas y las nuevas formas de ejercer el liderazgo en los grupos de trabajo, y tendremos así una fórmula bien compleja que los jóvenes de hoy deberán comprender a fondo. 

 

¿Cómo ayudarlos mejor?

 

Ya sabemos lo que dijo Confucio:

 “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida”. 

Demasiado esperanzador lo de Confucio, ¿existe un trabajo así? ¿En el que jamás te sientas cansado o agobiado como para sentirlo como una obligación?  Intentemos ayudar a los jóvenes al menos a acercarse a este ideal. Para esto nada mejor que acompañarlos en el conocimiento de sí mismo, proyectarse juntos hacia el futuro y brindar información de todas las alternativas posibles.

Hay algo que me gusta recordar siempre que puedo:  la elección que hagamos en nuestra juventud no es para toda la vida, podemos reinventarnos cuando queramos, cambiando de profesión o cambiando el ejercicio laboral dentro de ella. También tenemos que aprender a aceptar el riesgo, pero nuestro nivel de aspiración y ambición personal nos servirá de estímulo.

 

¡Muchísimas gracias por este artículo, Marta!

Mi nombre es Marta, soy de Rosario, Argentina,

y hace muchos años que soy docente universitaria.

Mi blog, CONSUMO RESPONSABLE nace para

...intentar ayudar a los jóvenes desde otro lugar….

…generar nuevos espacios de reflexión….

… aportar algo desde nuestro conocimiento.

 

Estoy encantada de asomarme a este espacio personal de Yolanda, tan cálido e íntimo. Es una gran alegría poder llegar a sus lectores.

 

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